Así como ha ocurrido con las cabinas telefónicas o los telegramas, ¿los teléfonos fijos desaparecerán de nuestras vidas y pasarán a ser una reliquia del pasado? El debate no ha llegado aún a nuestro país, pero en la vecina Francia está de plena actualidad. El principal operador francés, Orange, ha anunciado que a partir del 15 de noviembre todos los clientes nuevos y los que se mudan de vivienda no podrán contratar una linea telefónica fija analógica. Por el contrario, se verán obligados a contar con una conexión vía IP por fibra óptica. La extinción definitiva de las líneas analógicas se prevé para el año 2023.
Ciertamente, a buena parte de las personas inmersas en la sociedad digital nos puede costar bastante recordar la última llamada de teléfono realizada desde un dispositivo fijo. Como consecuencia de la proliferación de los teléfonos móviles inteligentes, y el creciente diseño de APPS, el acceso al diseño web Valencia y el descenso de usuarios ha sido constante y el aparato fijo ha pasado en muchos casos a ser un objeto abandonado en un rincón del hogar. En Francia se ha calculado, después del anuncio de Orange, que desde 2012 el número de usuarios de telefonía fija se ha dividido por diez. Más o menos la mitad de los usuarios, que representan un conjunto de 20 millones, mantiene la línea aún sin conexión a internet.
Según Orange se trata de un cambio tecnológico que mejorará el servicio; es decir, que la telefonía fija continuará existiendo pero pasará por internet. Una vez completada la transición Orange promete dispositivos simplificados para gente mayor, una de las principales preocupaciones, y que se podrá contratar la línea telefónica sin obligación de añadir internet ni televisión a un precio semejante al actual.
En nuestro entorno más inmediato el debate aún no se ha producido. Los operadores continúan ofreciendo líneas fijas tradicionales, como es el caso de Movistar y Vodafone, a precios parecidos. Aún quedan unos 20 millones en el estado español, cuyo uso no ha dejado de disminuir desde hace 15 años. Por el móvil se habla tres veces más.
Por cierto, telefonía móvil no es necesariamente sinónimo de conectividad a internet y smartphones. En el Reino Unido acaban de descubrir que el año pasado aumentó un 5% la venta de teléfonos dumbphones. Dumb, idiota en inglés, sustituye smart, inteligente. En definitiva, los teléfonos móviles sin conexión a internet, desde los que se puede llamar, enviar SMS y nada más. Según parece su retorno a la escena se debe no sólo a compradores sin capacidades digitales, sino también a personas con necesidad de desengancharse de la adicción a las pantallas digitales.