“Vamos a llegar a un punto en el que eres una empresa, vienes a nosotros, nos dices cuál es tu objetivo, conectas tu cuenta bancaria, y no necesitas ningún creativo, ningún público objetivo, ninguna métrica… solo lees los resultados que te damos”.
¿Suena distópico? Pues no es un guión de ciencia ficción. Es lo que Meta está desarrollando con su sistema de IA, bajo el nombre de infinite creative. Un nombre bonito para lo que en realidad es una cadena de producción automatizada. Una fábrica de anuncios sin alma. Desde nuestra agencia digital en Valencia hemos comprobado como Meta ha ido implantando esta solución y pensamos que como otras ocurrencias del CEO de Meta no tendrá mucho recorrido al menos en el plano creativo.
¿Cómo funciona infinite creative?
Muy fácil: cargas tu dinero y dices qué quieres vender. Y el sistema infinite creative se encarga de TODO lo demás. Genera imágenes, vídeos, textos, segmentación y métricas. No hay campañas, ni conceptos, ni dirección de arte. Tampoco hay una voz de marca. Solo rendimiento y datos.
Lo que antes hacía un equipo de creativos ahora lo resuelve un algoritmo en segundos. Un flujo constante de contenido “personalizado” que promete más clics, más ventas y menos complicaciones. Pero a cambio, sacrifica algo más valioso: la identidad.
¿Como afecta infinite creative a las agencias digitales y profesionales creativos?
En una palabra: riesgo. Y en dos: modelo obsoleto.
Zuckerberg está diciendo abiertamente que las agencias digitales y los diseñadores ya no son necesarios en su visión del futuro. Que la creatividad humana es prescindible. Que el diseño, la estrategia y la narrativa son lujos lentos en un entorno donde todo debe escalarse y probarse sin intervención humana.
Y sí, puede que esto funcione para pequeños anunciantes o empresas que solo quieren vender sin preocuparse del cómo. En el mundo del marketing digital, esta automatización puede parecer eficiente. Pero para quienes creemos que la creatividad construye marcas duraderas, que los mensajes necesitan coherencia y que el diseño importa, esto no es evolución. Es recorte. Es reemplazo.
¿Estamos ante el final del trabajo creativo?
No del todo. Pero sí ante un cambio de paradigma. Las marcas tendrán que decidir si quieren ser una más en el scroll infinito de anuncios genéricos o si van a seguir apostando por construir algo con personalidad. Y los creativos, si vamos a quedarnos esperando o a reivindicar el valor único de lo que hacemos.
